Con la llegada de los días de playa, somos muchos los que pensamos en elaboraciones que podamos llevarnos para poder comerlas en el lugar, y entre las que solemos escoger, están las croquetas, que tanto calientes como frías están igual de buenas. La variedad tan grande que hay de los diferentes rellenos es tan amplia que fácilmente podríamos escribir un libro tan gordo con el de Petete. Las que hoy os dejo son bastantes originales, e ideales para que los peques coman hortalizas, pues no se suelen resistir a las ansiadas croquetas. El sabor que le da la coliflor a la bechamel es muy suave, además se camuflan con el sabor de queso, así que para aquellos que son reacios a comer esta hortaliza tan sana, puede que estas croquetas les sepan divinas. Y hablando de croquetas, os dejo unos cuantos tipo de rellenos diferente para tentaros aún más: Croquetas de bacalao y gambas, croquetas de butifarrón y queso, croquetas de espinacas y parmesano, croquetas de gambas al ajillo y croquetas de jamón york y huevo.
Ingredientes:
• 200 g de ramilletes de coliflor
• 2 dientes de ajo
• 45 g de aceite de oliva virgen extra
• 50 g de mantequilla sin sal *
• 90 g de harina de trigo *
• 400 g de leche
• Nuez moscada *
• Sal
• 100 g de queso emmental rallado *
• Pan rallado y huevo para rebozar *
• Aceite de oliva o girasol para freír
* Verificar que la mantequilla sea libre de gluten. La harina de trigo sustituirla por maicena, farina de Shär, harina mix panificable, harina de arroz… misma cantidades. Usar nuez moscada entera y rallarla. El queso comprarlo en cuña y rallarlo en casa. Usar pan rallado apto.
Elaboración tradicional:
Cogemos los ramilletes de coliflor y los rallamos con un rallado o picamos con ayuda de una picadora o cuchillo. Lo añadimos a una sartén con 30 g de aceite de oliva virgen extra y con los dientes de ajo finamente picados. Rehogamos unos minutos hasta que la coliflor esté tierna. Reservamos.
En la misma sartén, ponemos a calentar los 15 gramos de aceite restante junto a la mantequilla. Cuando esté derretida, agregamos la harina y doramos un par de minutos sin dejar de remover.
Poco a poco, añadimos la leche, sin dejar de remover, cocinando hasta conseguir una bechamel. Echamos sal y nuez moscada al gusto y mezclamos. Retiramos del fuego e incorporamos la coliflor reservada junto al queso rallado, mezclando hasta que el queso se derrita.
Vertemos la mezcla en una fiambrera y dejamos reposar en el frigorífico un mínimo de 8 horas, mejor de una día para el otro.
Pasado el tiempo, sacamos del frigorífico, formamos las croquetas y las rebozamos primero en pan rallado, luego en huevo batido y por último, nuevamente en pan rallado.
Freímos en pequeñas tandas en aceite caliente o congelamos.
Elaboración en Thermomix:
Ponemos dentro del vaso los ramilletes de coliflor limpios, los dientes de ajo y 30 g de aceite de oliva virgen extra. Picamos 2 segundos en velocidad 5 y luego programamos 5 minutos en temperatura 120º (en TM31 a temp. varoma) a velocidad 1. Pasado el tiempo, reservamos la mezcla.
Sin lavar el vaso, añadimos los 15 g de aceite de oliva restantes y la mantequilla. Calentamos 3 minutos en temperatura 120º (en TM31 a temp. varoma) a velocidad 1.
Agregamos la harina, con cuidado que no caiga en el centro de la cuchilla y rehogamos otros 3 minutos en temperatura 120º (en TM31 a temp. varoma) a velocidad 2.
Añadimos la leche y nuez moscada y sal al gusto. Mezclamos 10 segundos en velocidad 6 y luego programamos 8 minutos en temperatura 100º a velocidad 4.
Incorporamos la mezcla de coliflor reservada junto al queso y mezclamos con la ayuda de una espátula.
Vertemos la mezcla en una fiambrera y dejamos reposar en el frigorífico un mínimo de 8 horas, mejor de una día para el otro.
Pasado el tiempo, sacamos del frigorífico, formamos las croquetas y las rebozamos primero en pan rallado, luego en huevo batido y por último, nuevamente en pan rallado.
Freímos en pequeñas tandas en aceite caliente o congelamos.