Hoy os quiero poner un plato tradicional de mi tierra, que aunque tenga el mismo nombre que las famosas patatas bravas madrileña y que lleven ingredientes similares, no tiene nada que ver con estas últimas. Estas patatas en Melilla se llevan haciendo desde que tengo uso de razón y es muy típica encontrarlas en los bares como tapa, a veces solas y otras acompañadas de anchoas o aceitunas verdes. Quizás junto a los pinchos morunos y el marisco, es unos de esos platos salados que los viajeros que vienen a Melilla se quedan prendado, y no es para menos!
Al igual que cualquier plato típico, en cada casa le damos un toque nuestro, las mías ese toque viene en nombre de Anitín, una amiga de la familia que para mí es como una tía y que desde siempre sus patatas han sido todo un éxito haya donde las llevara. Era difícil que me diera la recata exacta pues ella siempre las ha hecho a ojo, así que la mejor manera era viéndola como la elaboraba para copiárselas. Una vez cogido el truco en las cantidades, ahora es una perdición en mi casa pues por muchas que haga, se devoran en poco tiempo.
Es ideal para llevarla en una comida familiar o de amigos, y para comer en la playa o en el campo ya ni os cuento! Lo tradicional es servirlas sola, sin nada de acompañamiento, pero las anchoas o las aceitunas les va de lujo. Y ahora a que esperáis para probar unas patatas bravas diferentes?
Ingredientes:
• 1 kilo y medio de patatas pequeñas
• 1 cabeza de ajo
• 1 cta. colmada de comino molido *
• 1 cda. pimentón dulce *
• Un mínimo de dos guindillas
• Sal al gusto
• 40 g de vinagre de vino
• Aceite de oliva virgen extra
• Opcional: anchoas o aceitunas verdes
*Verificar que las especies estén libres de gluten.
Elaboración tradicional:
Lavamos y cocemos las patatas enteras y con piel. Cuanto más pequeñas sean, menos tiempo de cocción tienen que tener, además de que sale más ricas. Cuando al pincharlas con un tenedor estén blandas, las retiramos del fuego y las dejamos en un escurrido para que se enfríen y se puedan pelar sin dificultad. Una vez peladas, si son muy grandes la cortamos en trozos medianos y reservamos en una fuente amplia.
Para la salsa, ponemos en un vaso de batidora, los dientes de ajo pelados y sin su germen (el brote interior), el comino, el pimentón, las guindillas (os recomiendo empezar por dos y luego añadir si os gusta más picante), sal al gusto, el vinagre y aproximadamente, 170 g de aceite de oliva. Trituramos todo, probamos para rectificar en el picante o la sal y/o añadimos más aceite si no gusta una salsa más líquida. A mí me gusta más que quede especita, como en la foto. Rociamos las patatas con la salsa, mezclamos bien para que las patatas queden bien impregnadas y dejamos reposar una hora (para mi gusto, mejor si están en el frigorífico)
Servimos tal cual o acompañadas de anchoas o aceitunas verde. Y a poneros morados!
Elaboración en Thermomix:
Lavamos y cocemos las patatas enteras y con piel. Cuanto más pequeña sean, menos tiempo de cocción tienen que tener, además de que sale más ricas. Para ellos ponemos 500 g de agua en el vaso, lo cerramos y colocamos el varoma con las patatas dentro. Programamos 30 minutos en temperatura varoma a velocidad 2. Finalizado el tiempo, comprobamos con un tenedor que las patatas estén tiernas, sino es el caso, programamos más tiempo, de cinco en cinco minutos, con la misma temperatura y velocidad. Una vez cocidas, dejamos reposar para que se enfríen y las pelamos. Si son muy grandes la cortamos en trozos medianos y reservamos en una fuente amplia.
Para la salsa, ponemos en el vaso, los dientes de ajo pelados y sin su germen (el brote interior), el comino, el pimentón, las guindillas (os recomiendo empezar por dos y luego añadir si os gusta más picante), sal al gusto, el vinagre y aproximadamente, 170 g de aceite de oliva. Programamos 10 segundos en velocidad 7. Probamos para rectificar en el picante o la sal y/o añadimos más aceite si no gusta una salsa más líquida, volvemos a triturar 5 segundos en velocidad 7. A mí me gusta más que quede especita, como en la foto. Rociamos las patatas con la salsa, mezclamos bien para que las patatas queden bien impregnadas y dejamos reposar una hora (para mi gusto, mejor si están en el frigorífico)
Servimos tal cual o acompañadas de anchoas o aceitunas verde. Y a poneros morados!
Consejos y trucos:
• Las patatas intentar usar las más pequeñas que encontréis en el mercado, que estén bien duritas y con la piel fina. Las típicas de guarnición son las ideales.
• La salsa debe de ser picante pero claro, a muchas personas no le gusta la comida muy picante y ya el ajo le da un extra, por ello os recomiendo que primero le añadáis dos guindillas y ya según os guste más picante, le echáis más.
• El ajo se os va a repetir un poco así que para que al menos no se note tanto, eliminar el germen de su interior.
• Estas patatas se conservan bien en el frigorífico varios días.
• Aunque es difícil que os sobre salsa, pues es tradición rebañar el plato con pan para dejarlo bien limpio, si se diera el caso que os sobre, podéis cocer más patatas y reutilizarla.
Fuente: Anitín Roselló Miñano