Tengo una compañera de nacionalidad griega que la estoy echando mucho de menos, y es por ello que me he decidido con todo el cariño a preparar esta receta que me estuvo explicando como la elaboraban en su casa. Ella no es de mucho cocinar, es más de estar estudiando cerebritos y de ver que hacen sus ratillas, pero tiene unos padres que viven de la tierra y de la hostelería en su tierra natal, por lo que le he podido sacar (con cuchara) alguna que otra receta griega. Así que esta receta va para ti, con ganas de volver a verte pronto y de tomarnos unas cervecitas, tú con tus tapas con mucha verdura y yo, para llevarte la contraria, con carne. Y si, prometo poner más recetas vegetarianas.
Ingredientes:
• 1 trozo de queso feta de unos 200 gramos
• 1 tomate maduro
• Un trozo de pimento rojo
• Un trozo de pimiento verde
• Un pimiento de cayena
• Aceite de oliva virgen extra
• Pimienta molida *
• Orégano picado *
* Verificar que los ingredientes señalados no contengan trazas de gluten.
Elaboración tradicional:
Necesitamos una cazuela de barro o recipiente apto para horno con una medida un poco más grande que el trozo de queso.
Cortamos los trozos de pimientos en juliana. No mucha cantidad, lo justo para dejar una fina capa en el fondo.
Ponemos encima de esa capa la pieza completa del queso feta, cortándolo levemente con un cuchillo y luego aplastándolo levemente con una cuchara para que se rompa un poco, sin llegar a desmenuzarse.
Cortamos el tomate en tacos y echamos por alrededor y encima del queso.
Picamos la cayena, mezclamos con un poco de aceite y vertemos sobre la cazuela, regando el queso y la verdura.
Finalizamos añadiendo pimienta molida y orégano.
Introducimos en el horno precalentado en modo gratinador o a 200 grados con el recipiente puesto a una altura superior. En el momento que veamos que el queso se está fundiendo (sobre unos 20 minutos) lo podemos sacar.
Servimos caliente y acompañado de pan.