Mañana, es 5 de octubre, día de San Froilán, y León esta de celebración por una de sus fiestas más conocidas y, para muchos de los leoneses, unas de sus favoritas. Entre los productos gastronómicos típicos de esas fiestas podemos encontrar las rosquillas de San Froilán, un dulce con una historia muy reciente; con unos inicios a finales del siglo pasado pero que con el tiempo, ha ido cogiendo mucha popularidad, convirtiéndose en un bocado goloso muy apreciado por los leoneses. Hace tiempo que conocía de esta receta pero gracias a una buena conocida y leonesa de Facebook, Humi Mazon, me ha hecho recordarla y me ha metido ese “gusanillo” de elaborarlas. Puedo decir que hasta mi hijo que es poco goloso les ha encantado y según mi marido, comerte CUATRO o CINCO es como subir al cielo… pues creo que se ha pegado varios viajecitos… Y hablando de dulces típicos y para mantenerse “en línea” os dejo unas recetitas más para seguir subiendo alto: Panallets variados, huesillos extremeños, costrada de Alcalá, leche frita y buñuelos de crema pastelera.
Ingredientes:
• 250 g de leche
• 75 g de mantequilla sin sal *
• 20 g azúcar blanquilla
• Una pizca de sal
• 60 g de ron
• 150 g de harina de trigo **
• 3 huevos de tamaño M
• Aceite de oliva suave
• 125 g de azúcar glas ***
• Unas gotas de zumo de limón
* Usar mantequilla con un mínimo de 80 por ciento de materia grasa y que no lleve fibras (Marcas: Reny Picot, Puleva, Asturiana, Lorenzana…)
** Usar harina sin gluten, por ejemplo 150 g de maicena o una mezcla, como 75 g de maicena y 75 g de harina de arroz.
*** Verificar que el azúcar glas no contenga traza o molerlo en casa.
Elaboración tradicional:
En un cazo, calentar la leche junto a la mantequilla, el azúcar blanquilla y la sal. Cuando empiece a hervir, retirar del fuego, agregar la harina de un solo golpe y remover con una cuchara de palo o lengua de gato hasta que se vea bien integrada la harina con el resto de ingredientes. Quedara una especie de masa gruesa y más bien seca, que despegará del cazo con facilidad. Dejar templar sobre unos 15 minutos.
Pasado el tiempo añadir 20 g de ron y mezclar hasta que se integre. Repetir el mismo procedimiento con los huevos, uno a uno y ligeramente batidos. Mezclar hasta conseguir una masa brillante y suave. Si tenéis una amasadora/batidora tipo KitchenAid, este paso podéis hacerlo con el accesorio de pala.
Introducir la masa en una manga pastelera con boquilla rizada. Cortar papel sulfurizado en cuadrados (a mi me salió 16 cuadrados por cada pliego) y, con la ayuda de la manga pastelera, formar en cada trozo de papel una rosquilla.
Cuando se tenga todas las rosquillas formadas, calentar en una sartén o cazo una buena cantidad de aceite y cuando esté bien caliente ir echando las rosquillas por tandas. Tenéis que freírlas con el papel, dejando la rosquilla por abajo y el papel por arriba. En pocos segundos las rosquillas se desprenderán de los papeles, por lo que solo hay que retirarlos y dar la vuelta a las rosquillas para que se fría por ambas caras. Una vez cojan color, dejarlas reposar sobre una fuente con papel absorbente.
Una vez fritas las rosquillas, realizar el glaseado. En un bol echar el azúcar glas, 40 g de ron y unas gotitas de limón. Mezclar con unas varillas o tenedor e ir bañando por ambas caras las rosquillas. Dejar un tiempo para que el glaseado coja cuerpo y lista para servir.
Elaboración en Thermomix:
Echar en el vaso la leche, la mantequilla, el azúcar blanquilla, la sal y 20 g de ron. Programar 4 minutos a temperatura 100º en velocidad 1.
Añadir la harina y mezclar 20 segundos en velocidad 4. Quitar el vaso de la máquina y dejar reposar la mezcla dentro del vaso, durante 15 minutos.
Pasado el tiempo, colocar el vaso y programar en velocidad 4 sin tiempo ni temperatura e ir añadiendo los huevos batidos uno a uno por el bocal. Cuando se añada el último, esperar unos 10 segundos y parar la máquina.
Introducir la masa en una manga pastelera con boquilla rizada. Cortar papel sulfurizado en cuadrados (a mi me salió 16 cuadrados por cada pliego) y, con la ayuda de la manga pastelera, formar en cada trozo de papel una rosquilla.
Cuando se tenga todas las rosquillas formadas, calentar en una sartén o cazo una buena cantidad de aceite y cuando esté bien caliente ir echando las rosquillas por tandas. Tenéis que freírlas con el papel, dejando la rosquilla por abajo y el papel por arriba. En pocos segundos las rosquillas se desprenderán de los papeles, por lo que solo hay que retirarlos y dar la vuelta a las rosquillas para que se fría por ambas caras. Una vez cojan color, dejarlas reposar sobre una fuente con papel absorbente.
Una vez fritas las rosquillas, realizar el glaseado. En un bol echar el azúcar glas, 40 g de ron y unas gotitas de limón. Mezclar con unas varillas o tenedor e ir bañando por ambas caras las rosquillas. Dejar un tiempo para que el glaseado coja cuerpo y lista para servir.
Consejos y trucos:
• Se conservan perfectamente en bote hermético a temperatura ambiente. Si hace temperatura alta, introducir en el frigorífico.
• Si las queréis menos calóricas, podéis hornear las rosquilla. Para ello precalentar el horno a 230º, introducir las rosquillas y bajar la temperatura a 180º, hornear 15 minutos, bajar la temperatura nuevamente a 150º y hornear otros 10 minutos.
Fuente: www.ileon.com